La familia, núcleo catalizador en «Paradiso»

de Una Familia Habanera – Eloisa Lezama LimaEl concepto de familia es uno de los rasgos que siempre nos ha definido a los latinos. Las obras del Boom en que hemos estado incursionando en nuestro curso representan un gran matiz de núcleos familiares. Es más, muchos de los destinos e identidades de nuestros personajes fueron forjados y moldeados en sus hogares. Un matrimonio que sobrevive las deplorables condiciones de un yerbal engendra el personaje mesiánico Cristóbal, en Hijo de Hombre. Una familia acomodada, fracturada y disfuncional procura dar sólida y férrea formación a su hijo en La Ciudad y los perros. La esposa e hija aguardan La muerte Artemio Cruz para poner fin a lo que fue una parodia familiar. Los personajes centrales de Un lugar sin límites, si bien rompen cualquier molde o estereotipo al tratarse de un padre-madre que engendra una hija, tienen vínculos de sangre y son, a su manera, una familia.

Al adentrarnos en los vaivenes narrativos de Paradiso, observamos que la familia del coronel José Cemí se constituye en el ancla del relato. José Lezama Lima nos invita a entrar a un ambiente familiar lleno de sensaciones intensas y donde la alegría de vivir y la muerte desempeñan un papel preponderante. Es en ese entorno familiar donde se cuaja el relato. Es en el sendero del transcurso lineal del acaecer generacional de donde se desprenden las intrincadas ramificaciones imaginarias que lo caracterizan.

La historia familiar no sólo proporciona a la obra de una estructura a la narración sino que se constituye en agente formativo y revelador. En las figuras de los padres del Coronel descubrimos dos tendencias distintas a la hora de criar al muchacho. El padre procura formar su fortaleza y voluntad. Así lo demuestran los episodios de la bañera con hielo y de la piscina del capítulo VI. Curiosamente, es la prematura ausencia de figuras masculinas, con la muerte del Coronel y su tío Alberto lo que despierta en José una cercana convivencia con los muertos y los vivos, el sueño y la vigilia, que sustentan mucho de sus relatos.

La madre, por otro lado, como representante del matriarcado que predomina en la familia, opone una postura mucho más mediática y mentora. Aparte del tradicional rol materno que procura compensar la ausencia del padre, transformándose en fiduciaria espiritual del legado paterno, Rialta cumple una función crucial en su hijo. Haciendo alarde a su elegancia y gracia criolla, en el capítulo IX introduce un aspecto clave en la novela: la vocación poética de José Cemí. La madre interpreta la enfermedad de su hijo como una virtud y una marca de los dioses: “Todos dicen que el que tiene esa enfermedad está protegido como el jiquí contra los rayos, que es una enfermedad protectora como una divinidad” (131).
A diferencia de las otras obras en que las familias cumplían una función circunstancial en los relatos, en Paradiso, la familia es la cuna donde todas las nociones formativas de José Cemí se van amalgamando. En ella se confronta con la prevalente realidad de la muerte, el mundo de la amistad, las revelaciones del sexualidad, pero sobre todo, es el ente catalizador que lo llevará a la iniciación en la poesía y, en última instancia, a la creación de Paradiso.

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Publicado en Lezama Lima
1 comments on “La familia, núcleo catalizador en «Paradiso»
  1. Bruno Nassi dice:

    Hola, Silvia: Estoy completamente de acuerdo contigo en la especial importancia que tiene la institución de la familia en esta novela. Podríamos decir, casi, que es una novela familiar. O del destino de una familia. Destino que, en efecto, hace que finalmente José Cemí desde muy temprano tenga que confrontarse con la muerte y eso forje, sin duda, parte importante de su personalidad. Quizás esa familia que, pese a los golpes sobrevive y, como dices, lo forma, es el verdadero paradiso.

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