Mi impresión del boom

El Boom Latinoamericana

Ya próximos a dejar detrás el Boom, me siento a reflexionar, a título de lectora y no literata –porque no los soy- mis impresiones sobre este movimiento cuya onda expansiva se hizo sentir como ningún otra explosión literaria brotada de nuestro suelo. Me concreto a expresarlo con tres palabras: encanto, sorpresa y desencanto.

La riqueza y la belleza léxica y el simbolismo con que Roa Bastos dio vida a Hijo de Hombre, avivó mi pasión y fascinación por mi lengua.  La maquinaria de originaria creatividad de García Márquez me dejó estupefacta. El laberinto de personajes había abortado mi primera lectura años atrás, pero esta vez, incitó mi curiosidad y deslumbramiento ante su mente y pluma prodigiosa. ¿Qué decir de la que otros, como Cortázar experimentación con las formas? ¿Queda algo nuevo por probar luego de estas obrasm donde el pasado converge sin aviso y demarcación gramatical con el presente, donde una historia comienza desde el fin, donde diferentes personajes dialogan, y el lector solo se entera de lo que dice uno y debe imaginar – como si estuviera escuchando a alguien hablando por teléfono-, y donde se crean  personajes y escenas que oscilan entre lo real y la fantasía, el aquí y allá, el hoy y el ayer a la velocidad de un parpadeo. Pues, me saco el sombrero ante tan logrados éxitos con la experimentación de formas y estéticas.

En torno a las sorpresas, me inclino más a señalar aquello que carece más que lo que sobreabunda. Me asombra que en una década de tanta agitación y efervescencia política en nuestro continente, iniciada con la revolución cubana, estos brillantes escritores -y entre ellos algunos que ostentaban fuerte ideología políticas-, poca referencia a lo político se refleja en sus obras. Es más, la ausencia de una temática política, como en el caso de Paradiso, me hace sospechar si el escritor era tan simpatizante de la revolución cubana, como se alude. Mi sospecha es que sabiendo que lo político puede pasar de moda o crear antipatías, nuestros escritores se limitaron a crear literatura y esperar ser solamente criticados por esto.

En la década de los sesenta también estaba germinando el movimiento feminista y observo que, a excepción de la osadía de María Encarnación y la doctora Rosa Monzón en Hijo de Hombre, los personajes femeninos no rompen– a excepción de las mujeres de Un lugar sin límite– con el estereotipo de mujer tradicional latina: la madre y esposa que es columna de la familia, sensata, a veces religiosa. Nuestras mujeres del Boom no se emanciparon de una identidad a la sombra de la figura masculina.

Mi desilusión es en torno al tema de la sexualidad. Celebro la determinación de algunos escritores por poner sobre el tapete literario un aspecto tan intrínseco de la persona humana, pero algunos cayeron en lo cursi, entre ellos, quien más fresco está en mi memoria es Manuel Puig. Entiendo que se trató de desmitificar las ideas tradicionales sobre la sexualidad, pero en ese empeño algunos se marearon por la angurria de romper con los tabúes, y cayeron en la novelería.

De todas maneras, la experiencia con el Boom fue colorida, enriquecedora y los diálogos que suscitaron en clase, muy estimulantes.

Publicado en El boom latinoamericano
1 comments on “Mi impresión del boom
  1. Bruno Nassi dice:

    La presencia femenina dentro del boom me parece muy interesante. A mi juicio -y por ahí va mi trabajo final- es que varias de las mujeres cometen sacrificios que, finalmente, resultan inútiles e, incluso se vuelven en su contra. Esto, para mí, es una de las señales, digamos, dentro de toda una estética pesimista que me parece que existe en el boom.

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